TEATRIKANDO

Por Benjamín Bernal, presidente de la APT

“Hay que amar el arte en sí mismo y no a sí mismo en el arte”.

 

¿Conocemos al consumidor de Teatro?

Ojalá que estas ideas puedan ayudar al medio del espectáculo y la cultura, tiene como objetivo la idea de incentivar al consumidor de boletos teatrales a comprar y acudir de manera constante.

¿Qué es el teatro? Es quizá el encuentro de un creador con el público que acude para dejarse impactar por ideas transformadoras. Porque no tendría sentido ir a ver un producto cultural que no tiene como objetivo actuar sobre su audiencia. Hasta el comediante más sencillo nos deja en el alma un mensaje dirigido al espíritu.

Hay una pregunta de las que desconozco si hay respuesta.

¿Por qué no conocemos al consumidor de Teatro?

Tengo un libro publicado por Conaculta, Atlas de Infraestructura Cultural, publicado en 2003, se hace un registro del número de teatros (entre otros temas) que hay en el país, en cada entidad, pero muy pocos datos acerca del usuario final.

Más aún cuando los datos que contiene han sido cruelmente modificados por la realidad: los mexicanos pertenecientes a la posguerra o generación silenciosa, Baby Boomers, generación X, Millenials, Generación Z y posteriores, tienen características muy peculiares.

Las generaciones jóvenes, son en gran parte autodidactas, porque aprenden en la web. Son un reto para la educación tradicional, porque desconfían de ella.

Sus hábitos de compra incluyen: electrónica, tecnología, salud, higiene, belleza, alcohol, jugos, comida fantasiosa, juguetes, calzado, ropa, muebles, conciertos, viajes.

Posponen compra de autos e inmuebles.

Compran aquello que les es interesante, que les emociona y que contiene algunos conceptos no-ve-do-sos.

Por supuesto, estas notas no son un perfil detallado de cada una, ni pretenderían serlo.

El gobierno y las grandes empresas quizá no se interesen; pero una investigación de Mercado y de los consumidores pueden hacerla los grupos por cada ciudad o estado.

De preferencia pueden evitar hacerlo vía internet, porque generalmente responden con nombres, datos y obras famosas, aunque no las hayan visto. Es preferible hacerlo presencial, para ver las reacciones y actitudes ante las preguntas, por ejemplo: que les gustaba antes, que les gusta ahora y que les gustaría presenciar.

Hay la posibilidad de que nunca hayan visto teatro en ciertos lugares.

Cada sitio debería tener preguntas distintas, para encontrar qué obra, elencos, autores, directores, actores, géneros, costo, distancia, les interesa ver. Cada lugar, probablemente, tendrán diferentes preguntas.

Para evitar que sea “alguien”, el que supone que “su idea”, es la que interesa al público. Eso provoca auto complacencia mental y múltiples bostezos; en ocasiones en nombre de la tan ansiada y etérea “universalidad”.

¿Haremos estos estudios algún día?

 

 

Diciembre 2023

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