UN HOMBRE, UNA MUJER Y UN PERRO

Entrevista por Julieta Orduña y Miryam Almanza

  • El público de Aguascalientes tienen un buen nivel de conocimiento, no es un público promedio… Ignacio Flores de la Lama.
  • Hace falta más disposición para que acudas constantemente al Teatro… Roberto Sosa.

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Hace unos días se presentó esta obra como parte de los festejos del décimo aniversario de la Universidad de las Artes. Con una gran afluencia en el Teatro Morelos, la compañía Caja Negra, encabezada por el director Ignacio Flores de La Lama y su reparto Daniela Zavala, Jorge Zárate y Roberto Sosa, dieron una gran función con un texto de la alemana Sibylle Berg.

Gracias al apoyo del financiamiento de EFITEATRO, la compañía inició una gira por varias ciudades del país: “Dimos una temporada en la Ciudad de México en la Teatrería, con funciones los sábados y domingos, y desde un principio se estableció que íbamos a dar 15 funciones en la Ciudad de México y 15 en otras ciudades de la República Mexicana. Ya estuvimos en Zacatecas, Guadalajara, y además de Aguascalientes vamos a visitar también Hermosillo, Morelia, Pátzcuaro, La Paz y Tijuana. Siempre es un gusto sacar el trabajo y compartirlo a todas las ciudades que se puedan”, señaló Roberto Sosa.

La obra trata sobre las relaciones humanas, en específico la de parejas que quieren encontrar a toda costa la felicidad y se complican la existencia, señala el actor: “El ser humano tiene todo para ser feliz y no es capaz de hacerlo. Me encanta la propuesta de la autora, es una dramaturga contemporánea alemana y ella plantea en su texto que el perro tenga una visión mucho más aguda respecto a las relaciones humanas. Me parece muy atinado y hace que nos rebote en algún punto porque todos hemos estado atados a una relación, o hemos atado a alguien en algún momento, y justo la felicidad está en saber soltar. Es un texto que me gusta y disfruto muchísimo porque habla de verdades humanas bien entrañables”.

La dramaturgia de Berg no se queda ahí, sino que va más allá de un diálogo de dos, entra un tercero que es un perro, señala el director: “Sí, el tema del conflicto de pareja no es nuevo de ninguna manera, creo que desde Adán y Eva, es un tema con el que hemos aprendido a vivir, la diferencia está en que la autora decide contar la historia desde la óptica del perro. Es la primera vez que vemos que un conflicto de pareja se cuenta desde la óptica de un ser que no es humano y viene siendo, según la obra, el que tiene más rasgos de humanidad; resultan ser más animales los otros que el propio perro, de los tres es el único inteligente y con sentido común”.

Sin duda, la comedia es uno de los géneros más difíciles, ya que se puede caer en los clichés, sin embargo, el tratamiento de esta obra nos deja un aprendizaje gracias al buen manejo de la técnica: “Cuando la comedia está bien escrita te plantea que a través del humor estás haciendo una profunda reflexión de la condición humana, y creo que ese es el gran acierto de este texto que cuenta con situaciones aparentemente cotidianas. Es interesante ver al público, hay parejas que conforme pasa la obra se van separando, o al revés”, afirma Sosa. A lo que coincide Flores de la Lama: “La obra tiene una falsa pista de diversión porque está montada en tono de comedia, pero si uno revisa la idea central, la imposibilidad de amor en la pareja, el desencanto, el autoengaño, porque inventamos que somos felices como una necesidad para no estar solos. Filosóficamente es una obra bastante fatalista, no luminosa ni mucho menos; sin embargo, está montada como comedia, en un tono lúdico, y entre risa y risa se asoma una verdad dolorosa, es decir, termina en ser una obra agridulce, amarga, porque no es una comedia ligera o de enredos, sin contenido filosófico, esta obra parte de un contenido con una afirmación dolorosísima que es el conflicto de pareja, pero con un tratamiento de tono de comedia”.

El reparto encaja perfectamente en el texto de la alemana y sin duda, es el requisito principal, ya que, sin gran escenografía, eso sí muy creativa, hace que la historia se desarrolle con un buen ritmo en hora y media, por lo que los actores y el público la disfrutan al máximo: “La obra tiene doble tono, señala Flores, es una puesta en escena bitonal, con tonos muy densos y brinca hacia lo más festivo. Es un desafío para los actores al caer de un género de comedia a otro mucho más denso, actoralmente es complicado”. Tanto Roberto Sosa como sus compañeros de reparto brillan en el escenario y Sosa señala a su vez: “Son un par maravilloso (refiriéndose a Daniela Zavala y Jorge Zárate), es un disfrute estar en escena con ellos, es de mucha generosidad saber que no sólo estás en el escenario con compañeros sino que siempre estamos conectados, no te sueltan, es muy disfrutable, es cuando el teatro ocurre y yo los quiero en lo personal, los disfruto en el escenario y los admiro. Es muy rico estar en escena con ellos”.

Como colofón, la pregunta obligada: ¿Cómo ves el teatro en México, Roberto?

“Hay de todo, grandes propuestas, por ejemplo, está El zoológico de cristal de Tenesse Williams, monólogos, textos gay, el repertorio de la Compañía Nacional de Teatro, musicales, teatro clásico, comedia, o sea, hay una oferta muy amplia de teatro de muy diversas características con propuestas escénicas interesantes, estéticas bien diferentes y finalmente es de lo que se trata, que haya propuestas diversas para que a partir de ahí podamos educarnos como espectadores, hay que ver mucho teatro para tener parámetros de referencia. Creo que el teatro en México tiene mucho qué ofrecer pero lo que faltan son espacios, todos estamos ávidos de tener espacios y queremos que las temporadas permanezcan más tiempo, también es verdad que necesitamos como espectadores educarnos, hace falta eso, más disposición para que acudas constantemente al teatro en todos sus niveles; ha habido muchos esfuerzos como el teatro escolar, teatro en tu comunidad, etcétera”.      

A su vez, el director nos comparte su opinión acerca del público aguascalentense: “Ya habíamos venido antes con esta compañía, presentamos Noroeste y Sumergibles. Aguascalientes nos encanta no sólo por su hermoso Teatro Morelos, hay muchas razones, este público suele ser muy atento, muy entregado, tienen un buen nivel de conocimiento, no es un público promedio, además, los técnicos son maravillosos. En total van a ser 30 funciones de la obra: Un hombre, una mujer y un perro, con el apoyo de EFITEATRO. Esperamos al finalizar esta primera temporada, reanudar en la Ciudad de México; es una obra aconsejada como terapia para cualquier pareja”.

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