FRONTERA DE ALGODÓN
Por Julieta Orduña Guzmán
Imágen La Jornada.
“¡Quién chingaos soy?” es una de las frases incluidas en la dramaturgia de Arantxa Olortegui, con la adaptación de Carmen Luna y Jessie Garibay, la cual tiene como hilo conductor la irresolución de la identidad. Se presenta el conflicto de la protagonista en su existir: “¿Quién soy?, ¿De dónde vengo?”, esto sin encontrar una respuesta.
Una puesta en escena que lleva al espectador a reflexionar dos temáticas: la realidad de una joven que desciende de una inmigrante china y un mexicano abusador, lo cual desencadena que la hija de ambos viva en una constante vorágine de mentiras y dudas; la otra, acerca de la historia de México, en los albores del siglo XX, específicamente en la época de la Revolución Mexicana, cuando los chinos migraron a Mexicali, empleados en los campos algodoneros de la región, en los cuales fundaron su propia colonia llamada “La Chinesca”.
Un monólogo a varias voces que recae en la actuación de Frida María, egresada de la Casa de Teatro, la cual hace varios desdoblamientos, uno de ellos, Lian, personaje principal: una chica de 16 años, quien relata lo que ha vivido con los revolucionarios y su contradictoria identidad: “¿soy china o mexicana?”. La actriz hace un gran trabajo de memorización a lo largo de 60 minutos, con un manejo creativo en el uso de máscaras. Su actuación es de aplaudirse ya que caracteriza diversos personajes, sin perder la concentración y retoma sin problema la narración de la protagonista (Lian), sin embargo, las fallas técnicas de audio (al menos en streaming) no hicieron lucir su talento con justicia.
La dirección está a cargo de Jessie Garibay y su planteamiento del montaje es minimalista. Con una utilería muy particular como son: una silla, una canasta y algunos plantíos de algodón con escasas ramas y algunos copos que se visualizan en momentos como foquitos de navidad; además del vestuario de la protagonista, que da un sentido de dos identidades: un rebozo cruzado, como lo portaban las mujeres en la revolución, acompañado de un sombrero chino. Se incluyen algunos sonidos que dan pauta al desarrollo de la trama, como el gallo y los balazos. Me percaté de la ausencia de música, quizá para no distraer la narraturgia, aunque considero que hubiera sido necesaria en algunas escenas, para darles fuerza e impacto.
Leer el texto y ver la obra me llevó a reflexionar sobre ese México tan complejo en su diversidad cultural. La Chinesca es la raíz china de esa parte de Baja California, patrimonio cultural de Mexicali que, por cierto, hace falta conocer y difundir en su riqueza histórica y multicultural.
La Compañía Áulos Teatro se presenta en función presencial con aforo limitado, así como transmisión en línea, todos los jueves a las 20:00 horas, del 5 al 26 de agosto, en el Teatro La Capilla. Recomendable para todos aquellos que gustan del teatro con tema historico, y si pueden presenciarla en vivo la disfrutarán mucho más.