EL FUTURO SEGÚN KUN

Texto y fotos por: Eugenia Galeano Inclán

En forma inesperada nos llegó una pandemia que puso de cabeza al mundo entero. Cada quien la ha transitado en forma individual.  Desafortunadamente, millones han muerto, dejando a sus allegados en duelo.  De los contagiados, dependiendo de los estragos provocados por el virus, muchos vivieron un infierno, otros libraron la situación, sea porque no les afectó tanto o tuvieron la suerte de ser asintomáticos y unos cuantos presenciaron milagros. Entre ellos, también están los que siguen padeciendo secuelas.

El caso es que a todos nos afectó, hemos quedado conmocionados y nuestra forma de vida es distinta a la que estábamos acostumbrados.  Todo esto nos ha llevado a la introspección y a reflexionar sobre lo que debemos o no hacer.  La gran pregunta es ¿qué nos depara el porvenir?

Es probable que esa pregunta haya impulsado a Antón Araiza a escribir el unipersonal  EL FUTURO SEGÚN KUN.

Antón Araiza es un creador escénico, a quien conocemos más como actor, ya que desde que concluyó su carrera de actuación hasta la fecha ha trabajado incansablemente en teatro, cine, televisión e incluso en anuncios publicitarios, pero en forma paralela ha explorado otros ámbitos del arte y tiene en su haber varias dramaturgias, de las que sobresale la entrañable «Bambis dientes de leche» que se ha representado durante años en diversas ocasiones, siempre con gran éxito.  Tras haber seguido la trayectoria de Antón, yo lo considero uno de los mejores actores de México, por su sensibilidad, acertado desempeño histriónico y compromiso.

El protagonista de EL FUTURO SEGÚN KUN es un joven que tiene numerosas inquietudes en su mente.  Se esmeró en sus estudios para convertirse en profesional, pero, a causa de la pandemia, no ha podido dedicarse a buscar un trabajo que le satisfaga.  Comparte con el público los cuestionamientos que quisiera resolver, mientras señala algunos de los aspectos de la brecha generacional entre él y sus padres.  La generación de ellos está marcada por el cambio.  El avance tecnológico nunca fue tan grande como el de las últimas décadas. Quienes nacimos entre los 50 y los 70 pasamos de escuchar la radio a ver televisión, primero en blanco y negro, luego a color;  del teléfono de disco al de teclado, hasta llegar al celular o el iPad; de las fotografías y diapositivas a las imágenes digitales; de la máquina de escribir a las computadoras; de los discos de vinilo a la música online; de cartas escritas a mano al correo electrónico y el WhatsApp; de rentar una película en el Video Club a tener múltiples opciones de cintas y series en las nuevas plataformas; de andar autos de velocidades a la posibilidad de transportarnos en híbridos eléctricos, por citar algunos.  En fin, demasiados cambios a los que nos hemos visto precisados a adaptarnos.  Por su parte, la generación de Kun es una que tiene grandes desafíos ante sí. La vida actual es agobiante.  Las condiciones ecológicas han sufrido deterioro, aterran el calentamiento global, la escasez de agua, la extinción de ciertas especies;  el entorno es abrumador a causa de la violencia en general y los peligros que conlleva, al igual que las guerras o conflictos bélicos existentes;  como individuos, la virtualidad ha abierto puertas y ventanas que generan nuevos riesgos, los likes pesan más que lo realmente importante, en la medida en que la comunicación global se ha vuelto ilimitada, la personal se ha entorpecido;  hay falta de empatía, comprensión o respeto;  existen tantas opciones de forma de vida, alimentación, vestimenta, estilo y demás que se complica elegir la más conveniente,  y  la competitividad es tan patente que provoca ansiedad.  Para colmo, la emergencia sanitaria vino a sumar miedos.  Todo esto hace que resulte bastante difícil labrarse un destino hoy en día.   A lo largo de la función, Kun va exponiendo todo aquello que le preocupa, pero, al marcar las diferencias generacionales, no lo hace con afán de crítica ni reproche, sino desde la condescendencia, ama a sus padres tan profundamente como ellos a él, lo cual es gratificante, ya que la familia es la base del tejido social.

La sinopsis de EL FUTURO SEGÚN KUN es:  «Kun, un joven de este siglo, no del pasado, nos habla frontalmente, a nosotros, jóvenes y adultos; y expone, a partir de un recorrido veloz por su corta vida, cómo observa al mundo, lo difícil que es comunicarse y la sensación de prisa que lo ahoga y asfixia, cuando parece que hoy se nace sin tiempo y con la consigna generacional de hacer algo de provecho para él y el resto del mundo. ¿De quién es la culpa?»

 

El texto de Antón Araiza es fluido, retrata en forma precisa el sentir íntimo de Kun y lo que piensa al respecto. Atrapa la atención del espectador de principio a fin.

Para el montaje, la bien concebida narrativa de Antón es enmarcada en una dinámica de movimiento vertiginoso creada en conjunto por el director escénico y el actor.

La labor de dirección por parte de Ginés Cruz es estupenda. Con rigor hace aflorar las capacidades actorales y físicas del actor. La coreografía es impresionante. El balance y el ritmo son precisos.

Sabemos que un monólogo es un reto para cualquier histrión, pero, si a la memorización del texto se le agrega una compleja coreografía, ese reto aumenta considerablemente.  Gianni Ríos sale airoso y ofrece al público un trabajo extraordinario.  Infunde a su personaje su carisma personal y lo acompaña en todas sus emociones en forma adecuada, mantiene una coordinación exacta entre parlamentos y movilidad.  Por si esto no fuera suficiente, hace gala de su buena dicción al hablar por sí mismo y por terceros, así como de su entonada voz al cantar.

El vestuario es otro acierto, consiste en un cómodo overol, una sencilla camiseta de estilo juvenil y un cordel amarrado en forma peculiar a sus brazos y torso, tal vez para representar los obstáculos que enfrenta.  El maquillaje también es pertinente.

Carente de escenografía, sobre el piso sólo se ven unas marcas hechas con tiza, donde se ha esparcido carbonato de magnesio del que se utiliza en los gimnasios.

La iluminación está bien impartida para coadyuvar con los diferentes estados de ánimo que atraviesa Kun y presenta un atinado juego de sombras.

EL FUTURO SEGÚN KUN es una producción de REGE Producciones y es presentada por la Sala Novo del Teatro La Capilla.

Anímate a presenciar un montaje vibrante y lleno de energía.  Kun compartirá contigo sus incertidumbres y preocupaciones, mientras se mueve en forma tal que pareciera caminar por las paredes.  Una puesta en escena en la que todos los elementos han sido cuidados para llegar a buen puerto.  Un texto interesante que hará que los jóvenes se identifiquen, al mismo tiempo que acerca más a los mayores a las vicisitudes juveniles.

Por anteriores temporadas, EL FUTURO SEGÚN KUN se hizo acreedor a tres nominaciones en la reciente edición de los Premios Metro, una por mejor espectáculo unipersonal y dos por coreografía o movimiento para una obra, lo cual avala que es un excelente trabajo.  Apresúrate a adquirir tu boleto porque en la temporada actual sólo le resta una función ¡No pierdas la oportunidad de verla!

Las funciones de  EL FUTURO SEGÚN KUN son presenciales, asiste con la confianza de que en la Sala Novo se observan las medidas instauradas por las autoridades de salud y las superficies del recinto son desinfectadas antes y después de cada representación.  El uso del cubrebocas ya no es obligatorio, pero es muy recomendable usarlo durante toda la función.

 

EL FUTURO SEGÚN KUN

se presenta el viernes 9 de diciembre de 2022 a las 20:00 horas en la

SALA NOVO

dentro de las instalaciones donde está del Teatro La Capilla, ubicadas

en la calle Madrid número 13

(casi esquina con Centenario)

Coyoacán,  Ciudad de México

Duración aproximada:  70 minutos

Clasificación:  Adolescentes y adultos

Costo del Boleto:  $300

Descuentos a INAPAM, maestros, estudiantes con credencial vigente

Adquiere tu acceso en Taquilla o en Boletópolis

La temporada concluye el viernes 9 de diciembre de 2022

 

Diciembre 2022

 

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