TEATRIKANDO

Por Benjamín Bernal, Presidente de la APT

Imágen. www.debate.com.mx

 

 

Mis recuerdos de Alejandro Luna

Lo conocí por el teatro, iba a los montajes en que él hacía las escenografías.

Y nos hicimos amigos. Después fue mi cliente, yo era gerente de un banco que ya desapareció, manejó ahí los recursos de los teatros Juan Ruiz de Alarcón y Juana Inés de la Cruz, era especialista en crear foros bien iluminados y con buen sonido. Después cada vez que veía una obra con escenografía suya, acudía a verla.

Años después, le dimos varios premios, uno de ellos incluía unos cuadros de vidrio en el suelo, que dejaban pasar la luz para iluminar con diferentes colores, era innovador. Otra digna de ser mencionada es De la vida de las Marionetas, bellísima y funcional. Recuerdo que Ludwik Margules fue dos veces director del Centro Universitario de Teatro (UNAM) donde implementó, junto con Alejandro Luna, las carreras de Dirección Escénica y Escenografía.

Fui amigo también de Fiona Alexander, mamá de Diego Luna, ella murió en un accidente automovilístico, cuando el niño tenía dos años, de ahí en adelante, Alejandro se hizo cargo.

Fui a varios de los homenajes que le hicieron en vida.

Ahora, aquí les dejó el artículo que publiqué en un periódico muy importante.

 

Hugo Hiriart: Alejandro Luna es un monstruo

Además, vive en un laberinto

Por Benjamín Bernal

Peródico Record.

 

El escenógrafo Alejandro Luna ingresó este lunes (2007) como Miembro de Número a la Academia de Artes de México, a primera hora acudimos al laberíntico callejón de Aguacate en Coyoacán, para platicar con él.

Al lado se escuchan ladridos de perro y cloc-coc de gallinas, un pasillo campirano lleva a la escalera de caracol que eleva hasta el estudio de Alejandro Luna, amplísimo cuarto blanco, computadora fija, otra transportable, el restirador obligado del arquitecto, cama, modular, libros y baño con un pequeño televisor. Seguro que trabaja y duerme sin horarios fijos.

Siempre han vivido en Coyoacán desde que sus abuelos llegaron del pueblo.

Había dos cines, Esperanza y Centenario, el primero era más nice y costaba 75 centavos, el segundo era popular, su boleto, 50 c, ahí pasaban tres películas. De viernes a domingo, en las vacaciones de la primaria, Alejandro ganaba unos centavos llevando rollos de uno a otro; por eso podía ver varias veces algunos filmes. Cerca del puente de Xoco se instalaban las marionetas de Rosete Aranda, era maravilloso dice, ahí vio Don Juan Tenorio con títeres, completa.

“En 1957 entré a la universidad, no había muchachas en la facultad, así que me cruzaba a Filosofía y Letras para convivir con ellas, me incluí en los grupos de teatro, pues yo quería ser actor; sabía dibujar y hacer presupuestos, así que me encargaron las escenografías y con el avanzar del tiempo sólo eso”.

¿Cómo conocí a Fionna Alexander? “Bueno, pues era diseñadora de vestuario, podía hacer escenografías, pintaba extraordinariamente, dibujaba, su educación en arte era admirable. Lo difícil hubiera sido no conocerla, porque había pocos escenógrafos y diseñadores, nuestro mundo era pequeño”.

“Murió en un accidente automovilístico cuando Diego tenía dos años, así que me dediqué a atenderlos, son dos, mi hija se llama María, es historiadora”. ¿Los trabajos que me han satisfecho?”.

“Mira, las escenografías y trabajos arquitectónicos son como mis hijos, pero el motivo de satisfacción y orgullo son mis hijos. La relación con él ha sido peculiar, pues profesionalmente es muy independiente, yo quería que estudiara otra cosa, no para actor. Eligió los primeros trabajos que le dieron y así hizo su carrera”.

¿Hay un antes y un después de Alejandro Luna, en México?

“No soy yo quien tiene que contestar esto. Yo simplemente trabajo, mi ingreso a la Academia de Artes es un gran honor, también se hace justicia en mi a varios, es reconocer el trabajo de directores, actores, actrices, músicos, cantantes, coreógrafos, bailarines, diseñadores, vestuaristas, técnicos y el público mismo, que los ha hecho memorables”.

La frase de inicio ha sido tomada del libro que reúne la obra de Alejandro Luna.

 

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