LOS BANDIDOS DE RÍO FRÍO Y MIENTRAS EL LOBO NO ESTÁ (1ER FESTIVAL INTERNACIONAL DE TÍTERES HERMANOS FLORES)

Texto y fotografía por Ana Leticia Romo G.

Los títeres son una forma de teatro antiguo que ha existido durante miles de años. Su origen se remonta a culturas como la egipcia, griega, romana e hindú. Los títeres fueron utilizados inicialmente en rituales religiosos, ceremonias y para contar historias que transmitían enseñanzas morales o mitos.

En la antigua China e India, los títeres de sombras eran populares, mientras que en Grecia y Roma se usaban títeres de cuerda y varillas para entretener a la gente en festivales. Durante la Edad Media en Europa, los titiriteros viajaban de pueblo en pueblo, representando obras satíricas y cómicas que, a menudo, se burlaban de figuras poderosas y la sociedad.

Los títeres o marionetas permiten a los espectadores, mirarse, observar sus caricaturas, sus costumbres, y la capacidad de transformarse en tipos sociales. En el México de antaño (siglo XIX hasta mediados de XX) surgieron mexicanos que animaban las calles: el lépero, el catrín, la china poblana, el aguador, el gendarme, los titiriteros se apropiaron de ellos para que con gran imaginación e intuición pudieran retratar los intereses y los gustos populares.

Hoy en día, los títeres siguen siendo una forma de expresión creativa y una herramienta para contar historias tanto para niños como adultos, donde en la pequeña escena se viven historias trágicas, cómicas, dramáticas o románticas, aunque hoy deben competir con la tecnología y sus nuevas formas de entretenimiento.

Casi a punto de extinguirse en nuestro país, aún hay familias de titiriteros que viajan con su carpa.

Según Francisca Miranda Silva en su libro El arraigo popular del arte titeril en México (1940-1960. PADID/CITRU. México, D.F.: 2014). Comenta sobre los titiriteros de carpa: Títeres Flores, Aguascalientes (1865-2014); Títeres Herrera, Distrito Federal, Cuernavaca, Morelos (1920-2014); Genaro Aceves Mezquitán “Pinito”, Guadalajara (1925-1940); Títeres Morales, Oaxaca (1940-2014); y Pedro Domínguez Franco “Periquín”, Pachuca, Hidalgo (1940-2011).

Al ver las fechas, realmente es un honor que podamos apreciar en nuestra ciudad el maravilloso espectáculo de «Eleno Flores, con su salón de títeres» en Aguascalientes, ya con 159 años de existencia.

Además “Los Flores” trabajaban con la misma técnica de manipulación que cuando fueron fundados, y aunque han cambiado algunas de las obras y su lenguaje, es lo mismo que se podía ver hace más de 100 años. Don Eleno refiere que esta empresa la fundó su bisabuelo también de nombre Eleno en 1865. El representa la cuarta generación, sus hijos la quinta generación y sus nietos la sexta de entre seis y 15 años.

Precisamente por su importancia, Lupita Rodríguez, directora del Museo del Juguete Tradicional Mexicano; Laura Luna, directora de la empresa Eventos Lunar; otra titiritera, Marisol Torres y Rebeca Luna, del grupo Rehilete, decidieron realizar este primer festival internacional.

A don Eleno le interesa preservar la tradición de los títeres y la carpa, por eso sigue existiendo.

Tienen 23 obras de títeres montadas:  corrida de toros, pelea de gallos, acto de circo, diversos números musicales, los milagros de la virgen de Guadalupe, Kalimán el Hombre Increíble, Batalla naval, Los bandidos de río frío, La casa de los espantos entre otras, han tenido que quitar muchas porque eran largos relatos y la gente se aburría, en su lugar pusieron números musicales. 

Los títeres de ésta empresa los fabrican entre la familia, una hermana de don Eleno hace la vestimenta, sus hijos y él elaboran los muñecos con madera de tipo colorín y la cara es de pasta.

“Lo que importa es que el público vea al títere actuando bien, que lo vean como una persona normal. Pienso que ese es el detalle que gusta a las personas” dijo Don Eleno alguna vez.

Y ¡vaya que lo logran! Ayer se presentaron con la obra de Los bandidos de Río frío en donde hubo de todo, divertidísimos diálogos entre marido y mujer, un vendedor de ropa y su genial perro, un chico “colgado” por los cuatreros, toda la banda de malos, incluyendo un hermoso y brioso caballo negro con su jinete y hasta soldados y gendarmes con “efectos especiales” de balazos para imponer el orden después de asaltar una carreta llena de oro. Una verdadera y divertidísima aventura.

Posteriormente, se presentó como función de gala el espectáculo Cuando el lobo no está del grupo colombiano-duranguense, Teteutzin Artes Vivas, quienes nos relataron el cuento de los tres cerditos y el lobo, haciendo la delicia de una tarde de títeres en la bellísima carpa de Eleno Flores donde hubo canto, participación y emoción con un veliz mágico, tres cerditos, su mamá y por supuesto un lobo feroz.

Qué siga este fabuloso festival por muchos años. Muchísimas felicidades a las organizadoras por esta maravillosa iniciativa autosustentable y a la gran compañía de títeres “Hermanos Flores”.

Octubre 2024

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