¡QUE PLANTÓN!

Texto y fotos por Ana Leticia Romo García

 

 

En 1989, Guillermo Méndez y Marina del Campo se dieron a la tarea de crear una obra musical con tema ecologista donde “El creador” decide darles la oportunidad a las plantas para que salven al planeta de la contaminación y la devastación que le ha hecho el hombre a la tierra.

La obra se desarrolla en diversos escenarios, inicia en el gran invernadero donde “el profeta” (Luis Antonio Salas) les encomienda a las plantas salvar al planeta, solo algunos se enlistan en la misión: El pino (José Reyes), la rosa (Jessica Zamora), la orquídea (Gpe. Álvarez), el nopal (Diego Cervantes), el sauce llorón (Pichi Macías), la niña piña (Ana Paula Chávez) y la hiedra venenosa (Aline Reyes); durante su trayecto buscan la cura de la hierba santa (Ma. Isa López) y la sabiduría del sabino (César Meraz), siguen su camino siguiendo una estrella, llegan a un campo arado donde encuentran a una cebolla (Sabrina Zamudio), llegan a la selva donde se les une la palmera (Mary Fer García) y el mango (Uziel Mireles).

 

Las plantas discuten sobre la belleza y abandonan a la cebolla por fea y apestosa, ella desolada llora y sus lágrimas despiertan al hongo alucinógeno (David Cabello) y a la marihuana (David Gutiérrez). Cuando las plantas regresan por la cebolla, de nuevo discuten y la marihuana y el hongo deciden “alivianar” a los contrincantes, pero el exceso, enoja al profeta quien las castiga mandándolas al desierto. Ahí encuentran a un cacto árabe que quiere negociar su agua a cambio de los polvos del poder, el Pino descarta esa posibilidad, pero la hiedra los traiciona, mientras el nopal da su agua para salvarles de la sed y el sauce con su sombra, del calor. Las plantas sobreviven, encuentran a la hiedra moribunda, la salvan y finalmente llegan a la ciudad donde inician a producir oxígeno y logran dar respuesta al acertijo que el profeta les exigía para dominar al planeta. Sin embargo, el Pino decide darle una segunda oportunidad al hombre.

Una historia épica donde la amistad, la traición, la sabiduría, el engaño, la soberbia, la astucia, la humildad y la sabiduría se hacen presentes en las voces de cada una de las plantas con sus diferentes personalidades.  En este sentido, todos los actores, gracias a la dirección de Rafa Paniagua, captaron el mensaje y se posesionaron de su papel dando lo mejor de sí, para que el público se divirtiera y tomara conciencia del mensaje urgente que se lanza con este hermoso musical. Aunque definitivamente el nopal, la hiedra, el pino, la marihuana, el hongo, la palmera, el mango, el cacto y la cebolla, resaltaron con su genial actuación.

Tristemente han pasado 32 años del estreno de esta obra que sigue vigente dado que la humanidad sigue destruyendo al planeta como si los recursos fueran infinitos. Así el teatro puede ayudar un poco a crear conciencia y ojalá haya nuevas obras donde los animales o la propia naturaleza sean los personajes y logren que por fin la humanidad recapacite. Confío que, así como el siglo XIX fue el siglo de la liberación de la esclavitud, el XX del incipiente despertar de las mujeres, que el XXI sea el de la liberación de los animales y el verdadero compromiso de salvar al planeta de nuestra necia forma de ser. Excelente puesta en escena que no se deben perder, seguro habrá una nueva temporada en el próximo 2022, no se la pierdan.

 

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