DANZA PENDIENTE
Texto y fotos por Ana Leticia Romo García
“La grandeza de una nación y su desarrollo moral,
pueden juzgarse por la forma en que trata a sus animales”.
Mahatma Gandhi.
Terminó la primera temporada de la obra “Danza pendiente”, bajo la dirección de Marcela Morán y la danza-teatro de Indira Valle. La obra (basada en el texto de una servidora dentro del libro Jaulérica vida), relata la vida de un avestruz macho que vive enjaulado en un descuidado parque zoológico urbano de nuestra ciudad. Ahí Bibi, como le llaman de cariño, una imponente ave corredora a la que le encanta el blues y la danza, (en especial cuando le es útil para el apareamiento) quien va deshilvanando su memoria, así como mostrándonos a ratos, sus necesidades básicas no satisfechas (empezando por la más afrentosa que es padecer el cautiverio), y su convivencia con los vecinos de jaula (de un lado, un avestruz loca y zoo-cotica por el encierro y en el otro lado una pareja de avestruces, macho y hembra). Una obra que nos hace reflexionar sobre las terribles consecuencias del sistema patriarcal antropocéntrico que se da la licencia de usar, controlar o explotar de manera impune a la naturaleza.
Con dos funciones previas, esta última fue una presentación sublime y conmovedora que, gracias a la empatía lograda, dejo sin aliento al público presente.
Con un foro lleno, posteriormente se dio un espacio para interactuar con el público quien interesado preguntaba o cuestionaba la existencia de estos lugares como preservación de las especies.
Al finalizar, la directora mencionó que, dado el éxito del montaje, se realizará una función más el 22 de julio en Épica teatro café. Allende 333.Centro. Así que amable lector, agende su cita y haga reservación porque se llena. Y aprovecho el espacio para agradecer a la directora Marcela Morán y a la actriz Indira Valle por su entrega para lograr esta bellísima y cruda puesta en escena que espero repercuta en el despertar de conciencia sobre el cruel maltrato animal que sufren los animales en cautiverio pues creo firmemente que los derechos animales, requieren jaulas vacías, no jaulas más grandes, pero mientras eso sucede, urge brindarles un espacio y un trato digno.