“YO TENÍA UNA PREOCUPACIÓN PERSONAL DE HACER UN TIPO DE TEATRO DE VANGUARDIA…”: HÉCTOR ORTEGA
Por Julieta C. Orduña Guzmán
Los grandes histriones dejan huella por su legado artístico, es el caso de Héctor Ortega Gómez (1939-2020), quien fue actor, dramaturgo y director, fallecido hace algunos días, después de la partida de Héctor Suárez.
Estudió arquitectura y tuvo interés en formar parte del grupo de teatro de esa facultad perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Fueron dos personajes quienes lo impulsan a hacer teatro: “Sergio Corona y Alfonso Arau son los responsables de que yo me hubiera dedicado al teatro y cine. Cuando vi a Marcel Marceau, yo quería ser como él, y así conocí a Arau que también era mimo”. Otro factor que lo impulsó a dedicarse al oficio de actor fue al ver una puesta en escena: “Del sótano al cielo fue una obra de teatro, la vi muchísimas veces y a partir de ahí, yo decidí dedicarme al teatro”. Dicho montaje, por cierto, lo interpretó Ortega en 1965.
Enorme escuela tuvo este gran actor con el maestro Alejandro Jodorowsky, ambos simpatizaron y formaron la primera Escuela de Mimos en México: “Estuve en la escuela de Alejandro Jodorowsky, quien fue un hombre temperamental; trabajé con él durante cinco años en teatro de vanguardia y di clases de pantomima. Yo me movía en un ambiente muy exquisito, muy intelectual, de grandes niveles. Con Jodorowsky trabajamos textos de Ionesco, Becket”. En 1960 le dieron la Revelación como Actor por parte de la Asociación Mexicana de Críticos de Teatro (AMCT) por la obra El fin de partida, de Beckett: “Una obra muy difícil, realmente aterradora”.
Otro de los maestros que dejaron honda huella en él fue Juan José Gurrola, con quien participo en La hermosa gente, de Saroyan, en 1957: “Yo trabajé con Juan José Gurrola, en la primera obra de teatro que él dirigió con el Grupo de Teatro de la Escuela de Arquitectura”.
En 1985 recibe otro premio como Mejor Actor de comedia por La muerte accidental de un anarquista, de Darío Fo. He aquí algunos de los comentarios de la prensa acerca de su trabajo: “El personaje del loco, interpretado por Héctor Ortega, resulta excesivamente sobreactuado, no se debe olvidar que sólo los buenos actores pueden sobreactuar. Muchas veces la sobreactuación es un resultado de un excesivo temperamento artístico”.
Como dramaturgo, escribió cuatro obras: Silencio, hospital: hombres trabajando o Silencio, locos trabajando; Cinco locos en uno, con Alejandro Jodorowsky; Hay Cuauhtémoc no te rajes (en el reparto estuvieron Álvaro Carcaño, Ausencio Cruz y Rafael Pimentel), e Hidalgo, el sol y el dedo.
Fue prolífica su faceta como director; algunas de sus obras fueron: Paren el mundo quiero bajarme, de Newley; Ensalada de locos, de Manuel Rodríguez, El cómico proceso de José K, de Kafka, y El huevo de Colón. Por su actuación en este último montaje, la prensa se refería así: “Ortega aquí ocupa el rol principal acompañado por siete actores que van asumiendo diversos papeles a lo largo de la representación. De su capacidad histriónica tenemos sobradas muestras y, naturalmente, está en él, en las acciones referentes a su personaje, el atractivo fundamental de la puesta y prácticamente el ritmo mismo de toda la obra”. También escribe y dirige Foxestein, y Las momias de Guanajuato vs 72 millones de pobres.
Fundador del Sindicato de Actores Independientes (SAI), donde fue secretario de organización y estadística y, posteriormente, secretario de conflictos.
Con la obra 1822, el año que fuimos imperio, de Flavio González Mello, Ortega recibió el premio de la AMCT como Mejor Actor, en el año 2002. Dicha obra estuvo en gira por la República y se presentó en esta ciudad, el 4 de mayo de 2004 en el Teatro Aguascalientes, donde Héctor Ortega personificaba a Servando Teresa de Mier.
¡Descanse en paz: Héctor Ortega!
Teatrología
Actor
1957. La hermosa gente, de Saroyan
1960. El fin de partida, de Beckett
¿Crimen, suicidio?, de Tardieu
El aguijón, de Alexandro Jodorowsky
Las sillas, de Ionesco
1961. Penélope de Leonora Carrington
Fando y Lis, de Arrabal
1963. La piel de nuestros dientes, de Wilder
Asesinato en la catedral, de Eliot
El alfarero y la apassionata, de Héctor Azar
Hamlet, de Shakespeare
Los fantoches, de Carlos Solórzano
La hora de todos, de Juan José Arreola
1965. Del sótano al cielo, de Francis Swann
1964. Los físicos, de Durrenmatt
1966. Escuela de bufones, de Ghelderode
Las aves, de Aristófanes
1968. El rey se muere, de Ionesco
1985. La muerte accidental de un anarquista, de Fo
2002. 1822, el año que fuimos imperio, de Flavio González Mello
2004. Una pareja de tres, de Mauricio Pichardo
Dramaturgia:
1966. Silencio, hospital: hombres trabajando o Silencio, locos trabajando
1968. Cinco locos en uno, con Alejandro Jodorowsky
1987. Hay Cuauhtémoc no te rajes
2003. Hidalgo, el sol y el dedo
Dirección:
1967. Paren el mundo quiero bajarme, de Newley
1971. Ensalada de locos, de Manuel Rodríguez Ajenjo
1982. El cómico proceso de José K, de Kafka
1992. El huevo de Colón
1996. Con brincos al espacio
Los derechos de la mujer, de Paso
1997. El mercader de Venecia, de Shakespeare
1998. Moliere, de Sabina Berman
Fuentes consultadas
Diccionario Mexicano de Teatro. Siglo XX, Escenología, México, 2013. p.337.
Tiempo Libre, 1992. El Día, 18 febrero 1985.