DÍA DE LOS VIVOS
Por: Eugenia Galeano Inclán
México es un país de mucha riqueza natural y cultural. Podemos presumir de tener arqueología, hermosas playas, extraordinarios paisajes, lugares paradisíacos, exuberante vegetación, pueblos mágicos, tesoros gastronómicos, así como creencias, tradiciones, folklore, leyendas, artesanías.
Es probable que los mexicanos seamos los que más dichos populares tienen, muchos provienen de sabiduría ancestral, otros tantos son simples bromas. El caso es que todos nos divierten. En general, nos gusta la fiesta y como «a cada capillita le llega su fiestecita» también tenemos numerosas festividades, entre las cuales la más importante es el Día de Muertos que, según el Santoral es el 2 de noviembre, precedido por el 1° de noviembre en que se celebra el Día de todos los Santos, dedicado a quienes murieron a corta edad. Conforme a la fe católica, se supone que una vez al año vienen a visitarnos los seres queridos que han fallecido y debemos recibirlos con una ofrenda sobre un altar de muertos.
Es tan significativa esta festividad que hasta la naturaleza participa tiñendo las ciudades de vibrante naranja y algunos toques morados, ya que es el tiempo de florecimiento del cempasúchil, también conocido como «flores de muerto» y se entiende que no pueden faltar en el tributo a los difuntos.
Se ven altares de muertos por todos lados, en iglesias, oficinas, espacios públicos, comercios y, desde luego, en los hogares, en los que la preparación es una tradición familiar. Para recibir a quienes amamos, elegimos sus mejores fotografías , luego, procedemos a colocar flores y adornos de papel picado o guías de papel, velas o veladoras para iluminar su regreso a casa, ya en la víspera cocinaremos uno o varios platillos de su preferencia, al igual que una copita, vaso o botella con su bebida favorita, un pan de muerto, si fumaba, una cajetilla de cigarros de la marca que solía comprar, cualquier objeto personal que le gustara, calaveritas de azúcar o de chocolate, dulces, caramelos y artículos personales, figuritas de cerámica y cualquier otra cosa que se nos ocurra. La intención es que su visita sea grata.
Independientemente del altar, los festejos también son ponerse algún disfraz, maquillarse en forma alegórica, ver figuritas de gatos negros, xoloixcuintles, calacas, parcas, pequeños sepulcros, presenciar desfiles de Catrinas, zombies, muertos vivientes o alebrijes, degustar las frutas y los dulces de temporada, como la dulce calabaza en tacha, tejocotes o cañas, quizá un ponche o chocolate calientito para acompañar el tradicional pan de muerto, al que año con año agregan variaciones, como ajonjolí, nata o cajeta, o tal vez, tamales, en tanto que en la Huasteca Potosina preparan el Zacahuil, en el Sureste, el Pibipollo. Una costumbre muy popular que con el tiempo ha ido desapareciendo, era la de hacer «calaveritas» para algún amigo o pariente, rimas divertidas en las que en broma se menciona cuál fue la supuesta causa de su muerte, acorde a sus hábitos o forma de ser, no obstante el aludido se encuentra gozando de plena salud.
En ciertas regiones, organizan ceremonias especiales. Por ejemplo, en Michoacán, donde en Pátzcuaro hay danzas, cantos y rezos en honor de quienes han partido. En el lago de Pátzcuaro, pequeñas embarcaciones se dirigen a la Isla de Janitzio y es impresionante ver tantas velas encendidas cruzando el lago de un lado al otro. Así mismo, hay rituales inconcebibles, como el que se realiza en el pequeño cementerio de Pomuch, ubicado en el municipio de Hecelchakán, Campeche, en que los habitantes llevan a cabo la limpieza de las osamentas de sus familiares, a quienes con amor y respeto desentierran, limpian vuelven enterrar cada 2 de noviembre.
Antonio Cerezo es un creador teatral mexicano, con una amplia trayectoria, egresado del Colegio de Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México -UNAM-, incursionó en la actuación en 1992 y desde entonces ha trabajado en escenarios de la Ciudad de México, Estados Unidos y Europa. Desde hace tiempo reside en Berlín, Alemania, donde se desempeña como actor, autor, director, titiritero y coreógrafo, pero continuamente viaja a México para traernos nuevas propuestas o reponer las anteriores. Sus logros laborales lo hicieron beneficiario de la Beca del Programa Creadores Escénicos con Trayectoria 2018-2020 del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes -FONCA-. Sus más recientes producciones en nuestro país han sido: «There’s no home like place» (No existe hogar como el lugar), «WIR / NOSOTRXS, eine Liebeserklärung / una declaratoria de amor«, «YO – DU – SHE / LUI – NOUS -. UNKNOWN«, «DÍA DE LOS VIVOS» y «A B C D«.
Antonio Cerezo es talentoso, observador y sensible. Está orgulloso de sus raíces y ha puesto en alto el nombre de México en varios países. Sus relatos son entrañables y hábilmente los traslada a escena. Una de las características de su trabajo es que infunde a sus personajes carácter y sentimientos propios.
En su visita actual a nuestro país, realizó varias presentaciones en muy breves temporadas y ahora está dedicado a la gira de DÍA DE LOS VIVOS, de su autoría y bajo su dirección. Las primeras presentaciones fueron en el FARO Indios Verdes y el Teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes y las siguientes son en Xcaret y Playa del Carmen.
Para el texto de DÍA DE LOS VIVOS, Antonio Cerezo combina el misticismo del Día de Muertos con dichos populares, parlamentos asertivos y picardía, en un ambiente festivo. Atrapa la atención del público de principio a fin. En cuanto al montaje, lo hace interdisciplinario, con actuación, música, canto, teatro de papel, máscaras planas de diferentes tamaños, hechas a semejanza del rostro de cada integrante del elenco, títeres, teatro de objetos y maquillaje de fantasía. La escenografía consiste en unos marcos metálicos grandes movibles y multifuncionales para representar diversos espacios, como una cocina, una mesa, un foro, un teatrino y mucho más.
Como «nadie sabe el bien que tiene hasta que lo ve perdido«, cuatro almas confabulan desde el más allá cómo transmitir su experiencia a los seres humanos y en el Día de Muertos, deciden invertir los papeles y celebrar el DÍA DE LOS VIVOS. Ellos son: una bella cantante, un simpático teporocho, un virtuoso músico y un prestigioso chef. Entre todos organizan una gran fiesta con exquisitos platillos, en la que aprovecharán para hacer todo aquello que ya no les es posible y tratarán de que los vivos tomen conciencia de lo maravillosa que es la vida, mencionando todo aquello que añoran. A pesar de que hay «vivos que no son tan vivos«, esperan que la misión que se impusieron sea exitosa. No todo sale como lo planearon, pero se esmeran en lograr su objetivo.
La labor de dirección por parte de Antonio Cerezo es impecable. Los constantes desplazamientos actorales y escenográficos están bien diseñados. La estética está presente en todo momento, tanto en lo visual como en lo sonoro. El espacio está aprovechado a fondo y el ritmo es preciso.
El elenco está conformado por: Sofía Sanz (la Cantante), Armando Tapia (el Teporocho), Alejandro Benítez (el Músico) y Antonio Cerezo (el Chef). Los cuatro desempeñan un acertado trabajo histriónico, corporal y vocal, además de su loable coordinación para manipular en forma precisa y oportuna los títeres y todos los elementos escénicos.
La música original y la dirección musical provista por Ernesto Anaya coadyuva a la representación, creando diferentes entornos a lo largo de la misma.
El responsable del diseño, confección, dirección de títeres y su manipulación es Alejandro Benítez.
Complementan el equipo creativo: Yolanda Navarrete Zúñiga y Ernesto García.
DÍA DE LOS VIVOS es una producción de FACTO TEATRO.
La vida es el don más preciado del ser humano y debemos disfrutarla al máximo. No dejemos que las preocupaciones cotidianas nos distraigan de la felicidad. DIA DE LOS VIVOS es una loa a la vida por parte de cuatro almas que te harán reír a carcajadas mientras ves sus tropiezos y ocurrencias. Continuemos honrando a nuestros difuntos y conmemorando el Día de Muertos, pero celebremos el DÍA DE LOS VIVOS todos los días en que estemos en este plano y gocemos de cada momento. Un relato que te invita a revalorar lo que tienes, enmarcado en un montaje original, con actuaciones convincentes y mucha diversión.
DÍA DE LOS VIVOS se está presentando dentro del marco de la décimo quinta edición del Festival de Tradiciones de Vida y Muerte que cada año se celebra en Xcaret, Riviera Maya.
DÍA DE LOS VIVOS
se presenta a las 18:30 horas y a las 20:00 horas
domingo 31 de octubre de 2021
lunes 1 de noviembre de 2021 y
martes 2 de noviembre de 2021 en la
CAPILLA DE GUADALUPE
Xcaret
y a las 18:00 horas
miércoles 3 de noviembre de 2021 en el
TEATRO DE LA SOLIDARIDAD
Playa del Carmen
Para todo público
Duración aproximada: 60 minutos
Noviembre 2021