TEATRIKANDO

Por Benjamín Bernal, Presidente de la APT

 

Zoológico de Cristal, in memoriam

No había una dramaturgia norteamericana hasta la llegada de Arthur Miller, Eugene O´Neil y Tenneesse Williams, sus temas se ubican en el sur de los Estado Unidos, hablan de la decadencia de su sociedad que en algo o mucho se parece a la que vivimos hoy.

El zoológico de cristal se estrena con gran éxito en 1944. Una familia como hay infinidad, nos recibe para que espiemos la vida que han decidido soportar, no les gusta, pero no tienen más remedio que dejarla transcurrir. ¿Es la madre la causante del sabor amargo de sus días? usted tiene la palabra al verla.

Nadie es culpable de la situación que viven en esa casa, que ha ido acumulando años de experiencia en sufrir lentamente, las gotas de agua que abandonan sus ojos, cuando no les ve nadie.

El grupo Apeiron la lleva a escena con un elenco de muy buena calidad: Abigail Medina es la mujer que solitaria ha escogido ser la guía de ese pequeño grupo formado por el hijo, Shakespeare le apodan, que habrá de vivir con estrecheces. Ella lleva el peso de las acciones, aunque Laura. su hija, es la que brilla por el encierro en que habrá de padecer su existencia.

No le contaré la obra, que ha sido ampliamente difundida por medio del cine y cientos de montajes de todo nivel, desde trabajos escolares hasta esta adaptación de elevada calidad. Completan el reparto Mario Alberto Moreno, quien hace el narrador e hijo de esa peculiar familia y el extrovertido Jim O´Connor es Orlando Ceballos, con sus actitudes no contesta la pregunta de si en verdad tiene una novia o sólo exagera la información para salvar la situación.

Muchas preguntas surgen de este drama: el padre huyó de su casa porque ya no quería más vivir esa situación; pero no es lo importante en este caso, sino la adecuada conducción teatral y el limpio desarrollo de cada uno de los personajes, que respeta hasta los cigarrillos que habrán de encender, la figurita que habrá de caer al suelo, para mitigar la angustia de estar cerca del otro.

Muy buena y sencilla escenografía, vestuario adecuado sin grandes gastos, que permiten ver esta obra que arroja una pregunta: ¿la calidad del montaje se vería afectada si la acortan un poco?  Porque tres horas es un ejercicio excelente para que los actores nos demuestren que ahí hay calidad, pero, estamos hablando de otras épocas, donde quizá hora y media o dos sería suficiente. Pero acortarle un texto a Tennessee Williams quizá sería irrespetuoso.

Felicitaciones a esta escuela-teatro que ha llevado a escena el trabajo que dirigió inicialmente el maestro Fernando Martínez Monroy, quien falleció durante la pandemia. Está en su foro de Vertíz 1054, en Narvarte.

Viernes, 20:00 horas, sábados, 19:00 horas y Domingos 18:00 horas

 

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