TEATRIKANDO
Por Benjamín Brenal, presidente de la APT
Aladdin, bien producida, mejor actuada
Una noche con frio invernal, aunque falta un mes para la fiesta del arbolito y dar regalos, nos trasladamos hasta el nuevo Polanco para asistir al estreno de Disney, Alladin, que prometía ser interesante a secas.
Resultó mejor de los esperado, nos maravilló el uso de las escenografías, bellas, lujosas, con toques dorados por doquier. La música es suntuosa, solemne o alegre, contrastando por etapas. El vestuario es lujoso, con detalles que luego les comentaremos. Las coreografías han sido milimétricamente medidas, dirigidas y han logrado el efecto que deben tener los grandes musicales.
De las actuaciones se tiene que decir que están al punto, hacen que luzca muy individual cada personaje contribuyendo a la muy conocida trama, en la que había que invertir en creatividad adicional para mandar impresionado al niño y los papás. Porque, aunque usted no lo crea, es un musical infantil al que han agregado detalles que hacen reír a chicos y grandes. Impresionar al espectador con una trama sencilla y del dominio de cada uno de los asistentes era un verdadero reto.
Los maravillosos trucos de magia, el color de escenografía que cambia en instantes, las modificaciones sorprendentes de vestuario a la vista de todos, las apariciones y desapariciones de los personajes son trucos que en cine es frecuente y hasta sencillo; en teatro vimos un holograma hace veinte años a un grupo canadiense, pero lo volvimos a ver en Ghost hace unos meses. Ahora se enseñorea en este trabajo redondo que nos da un Alladin con elementos bien hechos, además de divertidos. Se puede decir: es Disney y yo contestaría: en México.
Se escucha con toda nitidez la música, los textos, lo que es un reto en un foro grande. Controlar las diferentes voces y tonos melódicos es difícil al máximo. Y haber logrado esa nitidez, es un plus para la producción. Salvador Petrola, Juan Pablo Escutia, Manuel Corta, Gustavo Robles, Rodrigo Negrini completan el elenco de los que llevan más texto.
El elenco. Rodney Ingram, es un jalisquillo que estudió e inició su carrera en Broadway y otros escenarios, él fue el titular de Alladin y El Fantasma de la Opera en esos teatros; Jaumpi, Juan Pablo Martínez Fernández es el Genio; Irma Flores, es Jasmín la bella y buena intérprete: ellos son las tres grandes figuras de Alladin, Los tres se llevan la palma cuando usted los vea lo comprobará. Arropados, cobijados bajo el manto de Walt Disney que les da música, coreografías, el vestuario y los efectos mágicos que se dan desde el primer momento: una nube sirve para que se proyecte al genio, aparezcan o se borren los personajes míticos y lo principal de la noche: el vuelo sobre la alfombra mágica.
Unas señoras llevaban niños atrás de nosotros y preocupadas por la hora se salieron en el primer acto, los niños preocupados decían: “yo quiero ver el tapete que vuela” y no les hicieron el menor caso las mamás preocupadas por la hora y el lugar que no es fácil para muchos. La alfombra mágica todos la queríamos ver. Y cumplió, aunque el truco ya lo habíamos visto en México, volvió a gustar.
Se trata de una obra mágica, inspiradora, los boletos van de 890 a 3,500, no es excesivo si tenemos en cuenta que en ese teatro se ha llegado a un mayor precio. Toque su cartera y diga con valentía: voy.
El Corazón delator, excelente versión a Edgar Allan Poe
Puede usted ver “El corazón delator” en el teatro Off Spring, ubicado en Francisco Pimentel 14, colonia San Rafael. Esta adaptación a la escena del clásico de Edgar Allan Poe es ágil, ha pensado además en una cualidad adicional: la brevedad, pues dura menos de una hora.
Nos muestra como el amigo del asesino, que interpreta Arturo Amaro, hace un planteamiento acerca de la vida, lo que ha visto en los años transcurridos. Hemos de saber más adelante que tiene un instinto muy especial, que es capaz de dar muerte… pero no voy a spoilear la trama, realmente lo que es importante es la lenta narración, el detallado suspense que debe darnos, poco a poco nuevas sorpresas.
Un grito en la noche es obligatorio en estos montajes, la duda, es cuándo, la luz y la sombra nos debe llevar lentamente a que la trama avance sin que estorbe la realidad. Debemos olvidar que el metro esta lento, que el auto está mal estacionado o que ya tengo hambre: la magia se da cuando los actores capturan nuestra atención.
Arturo Amaro está muy bien en su rol del amigo fiel que desea obtener más información; Jorge Prado Zavala es el siniestro ente que con el pelo revuelto por el avance de las lances, episodios sórdidos, macabros habrán de darse.
Un duelo de buenas actuaciones entre dos artistas que disputan ser el más sincero y desprovisto de trucos. La dirección es de Arturo Amaro, a quien le podemos decir que es muy difícil actuar y dirigirse, pero él lo resuelve.
El resto del equipo es al que estamos acostumbrados: encabezado por Adriana Enríquez, la productora de varios montajes del Foro.
Los viernes a las 8 pm se puede ver en este recinto, sólo tiene que esperar a que pase un Festival que manejarán en estas semanas venideras.
Recomendable.
El fascinante mundo de Shakespeare, sorprendente montaje
Me llevé una grata sorpresa el ver nuevamente este montaje. Lo había visto en streaming y me pareció un texto con mucho poder, sólo limitado por el medio digital, no daba todo lo que pudo; lo que confirmé el verlo otra vez ya formalmente, en el foro de una escuela con todos los elementos para presentar teatro de cámara. Se puede hacer la representación sin un costo elevado y mandar a la gente a su casa pensando “que genial estuvo”
El trabajo literario es excelente pues nos lleva a la ilusión de estar viendo el texto de un contemporáneo de Shakespeare, que piensa como él, estructura y yuxtapone, El sueño de una noche de verano, Lear, Hamlet, Otelo y alguna otra que quizá se me escapó, para maravillarnos con la posibilidad de que Dioses del Olimpo, aburridos como siempre, apuestan al mejor o peor defecto (cualidad) del humano, espero que esté registrada la obra porque voy a platicarle un poco de la trama.
Julieta y Romeo van a realizar su amor y se ponen en marcha, Otelo y Lady Macbeth planean cómo anudar más los conflictos, en tanto Lear filosofa acerca de las bondades del ser humano, Hamlet por su parte monologa y hace énfasis en su deseo de venganza. Puck hace travesuras y nos muestra cómo los humanos tienen más de dos caras. Así las cosas, parece que armó un galimatías el autor André Santaella y nos preocupa cómo va a resolver el caos que ha pensado.
Si usted no es muy aficionado al teatro y apenas sabe los básico de Hamlet y de Romeo y Julieta, no se preocupe, también la va a pasar bien.
El autor sale bien librado del complicado caso cuyas puntas ató. Además, porque está muy bien el trazo, la dirección, actuaciones, apuntes escenográficos, vestuario, música, en fin; yo sentí todos los elementos en su lugar.
Se realizó la obra de menos de dos horas, en el foro del Instituto Escuela del Sur, en Tlalpan, necesita un mapa si no conoce la zona, pero valió la pena haber llegado a tiempo.
El elenco está integrado por José Antonio López Tercero, Oscar Flores, Jorge Lombard, Jorge Rabadán, Joseph Escárcega, Casa , Larissa, Greca, Anuar, Daniel, Daniel Ibarra, Alesan, Verónica, la letra chiquita no la leo bien, anotaré “y otros” para evitar errores.
La diferencia entre teatro y auditorio, está en que el primero esté bien iluminado, con claridad suficiente, nítida y coloreada, las voces y los sonidos deben resonar con precisión por todo el recinto; por cierto usan la mulltimedia eficientemente, lo que trato de describir es que estuvimos en un teatro con todos los requisitos. Es mucho más que un auditorio.
Lucen excelentes: José Antonio López Tercero está muy maduro como Lear, a él lo hemos visto en musicales de gran formato e inversión; está junto con actores y actrices juveniles que ya están destacando: Puck gusta mucho, la hechicera esta en su punto, Hamlet cumple con pulcritud, en una palabra: todos lo harán sentir que ha gastado su tiempo de manera inteligente. Lo olvidaba: hacen un entremés en la segunda llamada, del acto final: está divertida.
The Prom, brillante estreno. Excelente en todo
Una de las pocas comedias musicales donde se transmite una idea importante; porque siempre se han perdido en platicar que una tía está medio loca; en la Revolución Francesa hay un gran amor; dos gays fingen que uno de ellos es cantante varonil o que unos marcianos travestis andan rondando por ahí, así podríamos seguir hablando de musicales que son bellísimos, pero, con una transmisión de conceptos un tanto banal.
No, en esta ocasión hay una aportación de mayor impacto a un tema actual, las parejas del mismo sexo y su mala aceptación en las sociedades conservadoras y tradicionalistas.
En este caso «adaptan» la obra y dicen que se trata de Salamanca, un pueblito pequeño donde no aceptan al mundo gay. No creo que se vayan a enojar en Guanajuato por esta alusión que nada aporta en realidad. Ese estado es medio conservador, en realidad, pero ese no es el tema. Seguramente no podrán dar funciones en el Cervantino, pero fuera de bromas el problema es de mayores dimensiones.
Pasemos a la obra:
El elenco es Anahí Allué, Gerardo González, Beto Torres, Oscar Carapia, Susana Zabaleta*, Oscar Carapia*, Majo Pérez*, Mauricio Salas, Guana*, Brenda Santabalbina, Esteban Provenzano*, Marien Caballero*, Samantha Salgado, Daiana Liparoti Susana Zabaleta*, Majo Perez*, Mauricio Salas* (los que se marcan *alternan personaje).
Excelente montaje en que el color y la plástica imperan, desde el primer momento, pues nos recibe un telón multicolor que parpadea. El vestuario es impecable, nada le falta ni sobra, los jóvenes se visten de una forma y los de más añitos toman otros caminos vintage. La música es muy bella, las rolas se dejan disfrutar y las voces son espléndidas, sólo un par de canciones no me jalaron; como que están de más, retumba un bajo aumentado frecuentemente.
Madia hora o una hora que le quitaran ayudaría mucho, yo sé que es difícil en una franquicia que se logre modificar la estructura, pero habría que intentarlo, para que no se sienta pesada.
De las actuaciones les diré que el ex cachun, Gerardo González, es un actor completo, bailando tiene gracia, cantando es excelente, pero actuando logra darnos tonos e intenciones que otro difícilmente lograría. Anahí Allué está en su mejor nivel; Beto Torres nos convence de que es un rector universitario que se sabe oponer a una mujer crítica sin seso. Por su parte Oscar Carapia está muy suelto y con gracia.
Las coreografías están bien diseñadas y cumplidas, me parecieron con equilibrio las grandes composiciones dancísticas, que son la base de los musicales, se exigieron y cumplieron.
En resumen, les comentaré: me gustó.
Precios medianos para un musical de $700 a $2,200, hay descuentos.