SOR JUANA. REVISITADA HOY

Por Julieta Orduña. Fotografías por Helena González

Dentro del programa Helikon (Espacio Universitario de Reflexión Cultural) se dio una mesa de diálogo como es costumbre los sábados en las mañanas. La programación ha estado muy variada desde temas políticos, sociales hasta culturales, como fue el caso de esta charla a cargo de los maestros Patricia Ortiz Lozano y Eudoro Fonseca Yerena, el pasado 29 de octubre del 2022 en la Infoteca de la UAA.

Antes de iniciar con el tema, se dio paso para recordar al fundador de Helikon, el Dr. Alfonso Pérez Romo (1924-2022), quien partió hace algunos días dejando un vacío enorme en la cultura, la ciencia y sobre todo en los corazones de quienes lo conocimos.  “El Dr. Pérez Romo dio un servicio de humanismo y cultura”, señaló el maestro Fonseca; además de leer una emotiva carta hacia su legado y profesionalismo. Así entre aplausos y palabras alusivas a su recuerdo, se dio paso a la ponencia de Sor Juana Inés de la Cruz.

La maestra Patricia comentó de la personalidad de esta gran mujer, una intelectual, ya que fue escritora y cultivaba la lírica autosacramental, su sabiduría era tal que le importaba más el deseo de saber que de comer. Su abuelo fue uno de sus inspiradores, así como otros personajes que fueron relevantes en su vida. Uno de ellos el padre Calleja, quien se dio a la tarea de realizar su biografía, así como el poeta Amado Nervo quien en 1910 escribió un libro acerca de Sor Juana.

Se dio un breve pasaje histórico en torno a su vida, en su adolescencia o vivió en la corte entre los 16 y 20 años, ahí conoció al padre Antonio Núñez de Miranda, quien fue su guía espiritual, consejero, hasta llegar a ser su despiadado juez. Sor Juana toma los hábitos a los 21 años y entra al convento de San Jerónimo, en el cual tuvo su propia biblioteca contando entre 1500 y 2500 libros. En ese recinto vivió 27 años y tuvo varios oficios, además de ser religiosa, fue contadora y cocinera.

La plática se adentró hacia su trabajo como poeta y redactora como aquellos textos que escribió en prosa para los virreyes, como el llamado “Neptuno Alegórico” para celebrar la entrada a la ciudad de México del virrey Tomás de la Cerda y Aragón, marqués de la Laguna y su esposa María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga en 1680.

Igualmente, se señaló una de las crisis más fuertes que sufrió fue cuando escribió La carta Atenagórica (1690), en la cual refuta las opiniones del jesuita, padre Antonio de Vieyra acerca de las finesas de Cristo (los actos de amor que había hecho Cristo) y ella señala la mayor finesa de Dios es: “Dejarnos libres, libre albedrío”. A raíz de esta proclamación, “Sor Filotea de la Cruz” (Obispo de Puebla), atacó a Sor Juana y ella le contestó, pero Francisco Aguiar y Seijas (Arzobispo de México) fue en contra de las opiniones de la monja y el poder mandaba, y esto ocasionó que ella se sintiera derrotada, hasta llegar a donar sus libros a Aguiar y obtener de él una dura penitencia. Se mencionaba en la ponencia que Amado Nervo señalaba: “escribir bellos versos ¿no es hacer caridad?” Juana de Asbaje (1910). Sor Juana se contagia de una epidemia y muere en el convento (el 17 de abril de 1695), a los 46 años de edad.

Por su parte, el maestro Eudoro, proporcionó varios puntos a tratar, uno de ellos su relación con la condensa de Paredes: “A la condesa le dedicó aproximadamente 50 poemas, le llamaba “Lysi”, la cuarta parte de su producción lírica estuvo dedicada a ella, varios de sus escritos son encendidos poemas de amor como Inundación Castálida (1689). A Sor Juana la han querido hacer: teóloga, santa, lesbiana, feminista. En fin, fue una monja del siglo XVII en la Nueva España, en la cual se imperaba una sociedad patriarcal y jerarquizada en un mundo religioso”, señalaba Fonseca.

En la mesa de diálogo se mostraron dos pinturas de ella, ya celebres, como la de Juan de Miranda y Miguel Cabrera. Sus comedias se presentaron en México, España y América del Sur.

Una gran charla y en espera de la próxima acerca de la historia de la vid en Aguascalientes. Otro gran acierto, de nuestro querido maestro y Dr. Alfonso Pérez Romo.

 

 

 

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