TEATRIKANDO
Por Benjamín Bernal
Desde cero. En serio desde… ¡cero!
* Improvisan parte de la trama
Es un experimento que ha gustado al público más joven, quizá los millenial y baby boomers para arriba han dicho ¿what?
En el teatro Ramiro Jiménez: hubo una introducción con algunas melodías y coreografías sencillas para abrir boca. Luego, nos encontramos un montaje con varias chifladuras, la narradora nos dice con gran amabilidad y buenos modales: “Vamos a hacer una obra improvisada, que será así, desde cero, como su nombre y les invitamos a ponerle un nombre al montaje y a elegir los ritmos que desean ver sobre el escenario”.
Sobre unos pizarrones colocados lateralmente invitó a quien quisiera escribir algunas ideas que fueran surgiendo del respetable, vimos aparecer algunas ideas que ella leyó, en cuanto a ritmos: cumbia lenta, homenaje al musical Chicago y otras ideas locas; en cuanto a cómo llamarle brotaron conceptos que apantallaron a todos. Finalmente ganaron la cumbia acompasada y que se llamara “Mario se esconde cuando me ve”. Así que el personaje central masculino ipso facto se tuvo que llamar Mario.
Continuaron las excentricidades más esquizofrénicas que se puedan inventar: (aunque no quiero spoilear, pero aseguran que todas las funciones serán distintas) una familia normal llega con su hijo Mario (ya se dijo) lo regañan y norman su conducta como todo padre-madre que se respete. Una abuela de pronunciada curvatura en la espalda (todos los actores son muy jóvenes) anuncia que ama a su nieto. Han llegado a una casa de provincia, después de haber estado en una casa cuya habitación central tiene muchas ventanas.
Después de varias aventuras, recibe Mario la orden de su padre de (debo omitir la acción señalada, para no contar la trama) más inusual que hayan escuchado. Hay varias rolas a lo largo de estas escenas, con letras que causaron risa y entusiasmo al público, que era variado en la edad, por ser un estreno, pero los de menos años festejaron más. Siguieron cantando y coreografiando todo el tiempo para entretenernos, y anunciaron que “hiciéramos de cuenta que se había anunciado ya el entreacto” y se siguieron sin hacerlo, se agradeció porque saldríamos más temprano.
Cumplieron fielmente con sus promesas y ejecutaron los ritmos señalados, usando el nombre que habían señalado en el título: “Mario por qué se esconde cuando me ve”, mismo que entiendo cada función será diferente, lo mismo que el musical al que se rendirán honores.
Así vimos que Alba Messa, Ana Guzmán, Caro Vélez, Daniel García, Denisha y otro numeroso grupo de intérpretes que bailan, actúan y cantan (bien todos) bajo la dirección de Angélica Rogel, quien es también autora de la idea original junto con Daniel Delgado. El grupo musical está formado por Haller Miguel, David Federico Suzawa, Juan Manuel Torreblanca, Daniel Mena y Dago, todos necesitados de una gran concentración porque esa locura grupal nunca saben por dónde les llevará.
Un buen experimento que gustará más a los jóvenes, la idea que le brotó a mi hijo, que me acompañaba, se las transmito “sería excelente en un antro para que todo mundo pueda bailar y reír de sus improvisados disparates”
Los veo muy sueltos, hacen tareas mal pensadas desde antes, se nota lo improvisado. No como en el impro que se nota disciplina para cada momento. Salvo en los musicales donde hay unos pasitos y movimientos de manos que se nota están ensayados. Pero a los jóvenes les gusta, se ríen y disfrutan.
* Me aclara Álvaro Cerviño, importante director, que hace mucho que se hace improvisación con musicales, por ejemplo, la Improlucha y todos sus derivados. Gracias, lo había dejado de lado.