MONGO Y EL ÁNGEL DE HÉCTOR OLIVONI

Texto y fotos por Ana Leticia Romo García

 

 

Los espacios alternativos nos regalan la opción de poder asistir al teatro y regalarnos la magia de la escena, y en ese sentido, hay que agradecer a Épica (comida-teatro-café) pues ya es referente de buenas propuestas con garantía de calidad. Tal fue el caso de la obra Mongo y el Ángel, con las actuaciones de Marco Cana (Mongo), Paulina Rangel (Liliana) y Lluvia Frausto (Pino-ángel) donde un mimo avasallado por los problemas se encuentra solo, viviendo de la limosna que le dan por sus funciones de teatro callejero, desesperado y amargado cuando una noche, se ve invadido en su territorio por Pino, un pepenador muy filósofo que le dice que en realidad es un ángel y los milagros se dan a cualquier hora, pero hay que estar despiertos para poder verlos y entenderlos.

Así inicia la obra donde los eventos se van desarrollando y el público va conociendo diálogo a diálogo de la vida de cada uno de sus personajes incluyendo la vida de una chica de la calle que vive de prostituirse  y así los tres personajes van encontrado cariño, amor y comprensión al escucharse y empatizar con sus otros, viéndose reflejados en las historias de sus compañeros y liberando su alma de los pesares. Así, escenificando lo sucedido en una sola noche, en la vida de tres seres tan disímbolos y parecidos a la vez, va quedando claro que la vida en sí es un milagro y siempre habrá una esperanza para todos con tan solo esperar con fe el amanecer.

 

Sorpresivamente, al finalizar la función, Marco Cana se despidió pues resultó ser la última función que el representaría después de largos años de actuarla, dejando ya un sucesor para el papel de Mongo. La obra tendrá dos funciones más, 4-5 de marzo. Un buen espectáculo que vale la pena verse, no se la pierdan. La cita en Épica café (Allende 333, WhatsApp 449 215 34 05).

 

 

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